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Sobre el olvido de la razón de J:J:Sebrelli

La lógica de la sin razón

 

El sagaz periodista y abogado Mariano Grondona, en un programa de televisión por cable, donde oficia de docente, me enteró del libro: “El olvido de la razón”. El comentario didáctico y tendencioso sirvió para motivarme lo suficiente y desear leerlo.

            La presentación del Dr. Grondona me había cautivado porque al desglosar el contenido del libro citaba autores de mi formación y al hojear el índice descubrí que el recorrido de Sebrelli abarca prácticamente a todos los que fueron mis fuentes e influencias para la creación del lazo social como objeto de conocimiento para el Trabajo Social. 

El libro[1] se sostiene sobre la dicotomía, contradicción, dialéctica u opuestos entre el racionalismo y el irracionalismo. El autor rastrea el origen de la segunda tendencia, sus precursores, seguidores y la producción de los mismos donde, además de desmitificarlos, aporta su  crítica. En la introducción, propone no eludir la polémica[2], ello me recordó un estilo, propio de los siglos XIX y XX, que remitían a la dialéctica. No es mi intención recrear el género y mucho menos con Sebrelli de quien no me siento digno. De cualquier modo, considero que el género discusión o polémica ya fue superado, en particular, por Pichón Riviere de quien aprendí el concepto de co-pensar, pensar con el otro; en vez de discusiones para fortalecer narcisismos,  pensamientos reflexivos para sumar ideas a las propias. El libro en cuestión me obligó a inspeccionar las ideas básicas de mis propuestas y lo expongo a consideración del lector.

Los ejes temáticos de Sebrelli.

 Tres son los ejes temáticos que rescato del libro “El olvido de la razón” de Juan José Sebrelli.  El primero está ligado a la defensa que el autor hace del contexto con relación al valor que en sí mismo tiene el texto de acuerdo a la corriente estructuralista. “Había que analizar, únicamente, “el texto” o el “discurso” –palabras fetiches que lo mismo se usaban para una obra literaria, pictográfica, musical, cinematográfica o una teoría filosófica o científica- en su propia estructura interna, aislándolo de todo contexto social o histórico, el “textualismo”, el texto sin contexto.”[3] La manera de aplicar su idea es a través de una chismografía digna de semanarios faranduleros que se venden en los kioscos. Desarrolla una diatriba de ejemplos sobre los autores cuestionados, intentando una denuncia o demostración muñida de inconsecuencias entre lo factual y lo idéico. El rumoreo se extiende pletórico en toda su obra y uno se tienta a preguntar si Sebrelli quiere discutir ideas o demostrar que las ideas no valen porque el sujeto pensante era débil, malo, obstinado, engreído, etcétera. Quienes conozcan la vida personal de Sebrelli, seguramente, nutren su imaginario anteponiéndolo al Sebrelli pensador, escritor, obnubilando su decir a cambio de su parecer. Supongo que a él mismo le molestaría mucho que sus ideas fueran refutadas desde el imaginario del sujeto y no por lo expresado en su discurso.

Sin embargo, el autor usa valores de la subjetividad predisponiendo al lector sobre las ideas de los pensadores. Por ejemplo: Schopenhauer  “fue un hedónico, amante de la buena vida, en contradicción con el pesimismo y su misantropía” [4]; Kojeve “maestro de la intelectualidad francesa de entreguerras, en tanto servía de agente secreto del régimen soviético”[5]; Nietzsche “La influencia sobre su escasa o nula vida sexual emanó de una escena primordial acerca de la visita juvenil en 1.865 a un prostíbulo”[6]; Heidegger  tenía su  “lado kitsch no solamente en la cursilería de sus cartas de amor a Hanna Arendt o en su vida cotidiana donde solía olvidar su desprecio artístico por las masas populares para compartir entretenimientos colectivos banales como el fútbol, el boxeo o la televisión de la casa del vecino”[7] o “se presentaba en sus cátedras vestido con traje tirolés, pantalón tres cuartos abrochado en la rodilla y camisa abierta[8]”; o “su padre fue sacristán y él monaguillo y hasta jugaba a “decir la misa”[9]; Freud: “en los primeros tiempos (la sociedad psicoanalítica) se parecía sobre todo a una logia, una especie de masonería, presidida por el jefe carismático, autoridad indiscutida y al que se le debía obediencia estricta (...) poseedor de un conocimiento de “iluminado” que no se compartía con el profano. La transmisión iniciática del conocimiento y la remisión al principio de autoridad los acercaba más a una secta esotérica que a una comunidad científica.”[10]  “Tenía una vida sexual muy limitada: se abstuvo los cuatro años de noviazgo, durante los primeros nueve años de matrimonio sus relaciones fueron interrumpidas por numerosos embarazos y a partir de los cuarenta años restringió su sexualidad porque desaprobaba el uso de preservativos y consideraba que la anticoncepción era psicológicamente dañina”[11]. Después arremete contra los seguidores freudianos entre ellos: Melanie Klein (odiaba a su hija), Marie Bonaparte (tenía deseos incestuosos por su hijo y un amante), Ana Freud (era lesbiana)[12]; Bataille: “Un departamento pulcro, cierta elegancia en el vestir, un cómodo empleo en la Biblioteca Nacional, alternaba con algunas noches de prostitutas y alcohol[13]. Delleuze: “Aunque alentó al movimiento francés de liberación gay, era casado, padre de familia, rutinario, sobrio y de hábitos convencionales.”[14] Althuser: “poco antes de asesinar a su mujer pidió una audiencia con el Papa.”[15] “Un cierto tono melodramático –con el asesinato de su mujer Hélene y su posterior reclusión en un convento- cubrió el final de la vida del rígido profesor e intransigente filósofo. También en el plano intelectual sus teorías fueron desautorizadas por las confesiones del propio Althusser, que reveló en la autobiografía sus escasos conocimientos filosóficos, en especial sobre Hegel y Marx”[16]  Derrida: “era un profesor casado y padre de familia que se dedicó a la filosofía después de haber pasado por la literatura y fracasado en su primera vocación de jugador de fútbol”.[17] Lacan: “Más que Bretón fue el surrealista heterodoxo Georges Bataille que influyó en Lacan. Aunque lo citó una sola vez debía tenerlo presente, ya que le había quitado a su mujer, la actriz Sylvie.”[18] Levi-Strauss; “Con Bretón y Max Ernst se dedicaban a coleccionar máscaras de los indios de la costa norte del Pacífico, que compraban baratas...”[19] Foucault: “durante el régimen del general De Gaulle ocupaba cargos oficiales en el exterior y llevaba una ostentosa vida de play boy corriendo en su Jaguar deportivo blanco, tapizado en cuerpo negro que hacía juego con su vestimenta.”[20]

Salvo una mala intencionalidad del autor, no veo el valor apodíctico del anecdotario. Que Nietzsche no haya tenido una vida sexual importante o que Freud haya sido un pacato con las mujeres o que su hija haya sido lesbiana o que a Heidegger le guste el boxeo y la vida en el campo sobre la vida citadina o que a Foucault haya sido un oportunista político o que Lacan se haya casado con la ex mujer de Bataille y que éste haya sido atraído por el esoterismo, las drogas y las orgías o que Delleuze haya sido un mal futbolista, etcétera poco objeta las ideas producidas. Si se trata de discutir ideas, siempre que Sebrelli lo permita, hagámoslo desde la racionalidad y no desde la revista “Gente”.

En todo caso, todo el anecdotario sirve para desmitificar figuras y recordar nuestros propios grupos provincianos formados en la clandestinidad y pensar que si Mendoza fuera París; José Niemetz, Nicolás Lobos, Félix Marchevsky, Luis Vespa, Patricia Rodón, entre otros, serían los pensadores de moda, leídos y discutidos por algún Sebrelli del tercer mundo. En rigor, todo el chusmerío sebrelliano sirve para demostrar (mal que le pese) que el conjunto de autores estaba signado por la neurosis (en el mejor de los casos) y como humanos (término que defenderá el autor) estaban divididos en tanto sujetos. Incluso, su modo de presentar pensadores aporta argumentos más a favor del texto sin contexto ya que este hace óbice o mal predispone al lector restándole así la oportunidad de nutrirse de las ideas.

Nazismo/antisemitismo

 

            El segundo eje que utiliza Sebrelli en su libro es la mostración que estos autores estuvieron atravesados por el nazismo o fueron antisemitas o victimas del antisemitismo. Al parecer al nazismo lo considera como una ecuación hermanada a la misticidad y al esoterismo. Como en el eje anterior redundan los ejemplos.Schopenhauer: “El budismo le satisfacían cuanto era una religión sin Dios (...) Mas extravagante y de consecuencias perniciosas fue su hipótesis de un cristianismo ario, originado en la India y mezclado con las religiones hinduistas, de donde habría pasado a Judea, atravesando Egipto. Los judíos lo habrían deformado incluyendo aspectos tan negativos para Schopenhauer, como el optimismo salvacionista, el racionalismo y el libre albedrío. Un inocultable halo antisemita recorría esta caprichosa interpretación”.[21] “El orientalismo llevó a Schopenhauer por los caminos oscuros del esoterismo y alentado por esos idearios no vaciló en aceptar la reencarnación de las almas. Se volvió adepto al magnetismo animal y la magia, propugnó la validez de los fenómenos paranormales, entre otros la clarividencia y elogió los grandes magos Paracelso y Agripa.”[22]Influyó sobre numerosos artistas literatos, entre ellos Hesse, Ibsen, Borges, esto último parece un dato ambiguo que no se sabe si sirve para confirmar lo bizarro del filósofo o, por el contrario, su lucidez. “Mas insólita fue la resonancia del pensamiento schopenaueriano en Adolf Hitler, que solía citarlo con frecuencia en sus conversaciones.” Para Hitler “como filósofo su modelo había sido Schopenhauer”[23]. Nietzsche: “El esoterismo, el ocultismo y el orientalismo integraban otras modas “fin de siglo” contemporáneas del nietzscheanismo; inevitable era el mutuo trasvasamiento.” “Hitler ya en el poder, peregrinó hasta el archivo Nietzsche en Weimar, convertido en santuario, donde Elizabeth lo consagró heredero del filósofo, entregándole el bastón que pertenecía a su hermano.” “Ambos dictadores, ya en decadencia, recordarían a su maestro de pensamiento: cuando Musollini cumplió sesenta años, en prisión, Hitler le envió como regalo las Obras Completas de Nietzsche...”[24]. “El nietzschianismo de izquierda, para blanquear al maestro, acostumbra resaltar algunas frases contrarias al antisemitismo y a los alemanes...” “Detrás del racismo de Nietzsche estaba su admiración por los fundadores de la doctrina y por el darwinismo social (...) Para no dejar lugar a dudas de que cuando hablaba de aristocracia se refería a la sangre, adjudicaba a los judíos, no sin una perversa intención, la autoría del concepto ´aristocracia de espíritu´”.[25] Heidegger: “Los escritos que le interesaban procedían de los místicos, los budistas zen, pensadores religiosos, rara vez hablaba de filósofos.”[26] “El erudito profesor decía encontrar más interesante que la filosofía las supersticiones, los prejuicios, los apotegmas, los proverbios y la sabiduría popular (...)[27] ”Por esos días circulaba entre los profesores un documento de Heidegger incitando a afiliarse al partido nazi (...) aclamó el advenimiento de Hitler (...) La primera manifestación antisemita fue el ya citado escrito en l.910 sobre Abraham de Sancta Clara (...) en la última conferencia de 1.964 revelaba que Austzwich no le había enseñado nada.”[28]. Como Freud era judío no puede acusárselo de antisemita o nazi pero sí de ser víctima del antisemitismo, curiosamente los autores citados por Sebrelli están atravesados por el anverso y reverso de la misma moneda donde no parece importar la diferencia entre victima y victimario: “... la carrera profesional de Freud no fue obstaculizadas por sus ideas supuestamente revolucionarias sobre el sexo, y las mayores dificultades que tuvo en su vida fueron debidas al antisemitismo.”[29] “En la obra que marcó su ruptura con Freud, Jung no tuvo inconvenientes en citar a Houston Stewart Chamberlain, fundador del racismo y del antisemitismo moderno. Mucho antes de la aparición del nacionalsocialismo Freud había advertido la incidencia del antisemitismo en Jung. Unos años más tarde Jung demostraría que las preocupaciones de Freud no habían sido erradas. En un escrito “El papel del inconciente” arremetió contra el psicoanálisis de Freud y de Adler apropiado, según él, solo para judíos pero no para alemanes.”[30] Bataille: “André Bretón lo introdujo, a la vez al esoterismo y a la izquierda.”[31] “Reconocía Bataille su peculiar destino de predicar religioso que le otorgaba un aura de monje negro.” “El proyecto de ritos iniciáticos sugeridos a los adherentes de Acéphale y el Colegio de Sociología Sagrada muestra la voluntad de Bataille de convertir a esas instituciones en la cobertura de una secta.” “El propio Bataille admitió que muchas de sus posturas podían ser confundidas con el fascismo.””Bataille publicó un ensayo “la estructura psicológica del fascismo” caracterizándolo al movimiento como una subversión de lo heterogéneo.” “Hitler y Mussolini se le aparecían como “lo totalmente otro”, claramente opuestos a ”la homogeneidad” de las débiles y mediocres democracias.”[32] Levi- Strauss; “La fascinación por lo pueblos primitivos lo impulsó a equipar el pensamiento mágico con el conocimiento científico.” (...) “El pensamiento salvaje era,  para él, una alternativa válida al racionalismo del hombre civilizado (...) Al incorporar el concepto de raza como uno de los elementos que integraban su noción de cultura, Levi-Strauss no vacilaba en apelar nada menos que al conde de Gabineau, padre fundador del racismo moderno.”[33].  Si no puedes con Derrida busca en sus aliados: “El New York Time empañó un tanto el éxito de Derrida cuando en diciembre de 1.987, reveló que uno de los principales representantes de la reconstrucción, Paúl de Man, había colaborado con los nazis durante la ocupación alemana en Bélgica donde en 1.940 a 1.942, había sostenido posiciones antisemitas en el periódico Le Soir controlado por la Gestapo y propuesto como “solución al problema judío” la deportación masiva.”[34] Al resto de los autores, el no poder encontrar una veta fascista o antisemita le alcanza a Sebrelli para indicar que son autores influenciados por los primeros, así, Delleuze, Faucoult, Althuser, los miembros de la revista Tel Quel o el Gauchismo francés, la French Teory de EE.UU., la escuela de Francfort inyectados de Schopenhauer, Nietzsche, Heidegger , un Freud lacanizado y un Marx althuseriano, aunque no confesos nazis o antisemitas no dejan de ser seguidores de aquellos y en consecuencia..Presentados como personas orgiásticas, inconsecuentes, burgueses, oportunistas, pacatos,  místicos, religiosos, orientalistas y además adheridos por voluntad o sin ella a partir de la irracionalidad al antisemitismo, al fascismo y al nazismo; con semejante contexto ¿a quién le puede interesar el texto de esos autores?

Las ideas

 

De cualquier modo, el tercer eje de su libro son las ideas.  Promueve una dicotomía entre; por un lado el perspectivismo, la incomprensibilidad, la literatura como fundamento, el lenguaje como esencia, rechazo a la vida urbana y el retorno a la comunidad rural, lo particular, el antihumanismo, la ahistoricidad, el sujeto barrado y por otro: las ideas, la verdad o la verdadera realidad,  la ciencia y  la técnica, lo universal, el humanismo, la historicidad, el yo y el progreso.            Aunque el mismo Sebrelli acepta la irracionalidad como producto de la racionalidad moderna; “El irracionalismo, paradójicamente, es dependiente de aquello que niega, ya que no hubiera existido sin el proceso histórico que dio origen a la racionalidad moderna.”[35];  agregando más adelante: “La dicotomía racionalismo/irracionalismo no es un dualismo maniqueo...”[36]; sin embargo parece hacerlo leer de ese modo. Aceptando las mezclas de unos en otros y los intentos de síntesis, Sebrelli concluye que el único camino de la razón es lo que denomina razón crítica; “Optar por la razón no significa el regreso al rígido racionalismo clásico basado en principios inmutables y eternos, impensables después del criticismo kantiano ni al ingenuo evolucionismo lineal, camino imposible después de los inesperados giros que tomara la historia. Una racionalidad crítica conoce y comprende lo irracional, sabe que la razón es apenas una frágil isla en un turbulento océano de irracionalidad. Aún los hombres que creen en la razón actúan y piensan, con frecuencia, irracionalmente. Pero lejos de idealizar, a la manera romántica, ese lado oscuro de lo humano o de creer que lo irracional es la instancia última e insuperable, confían en una comprensión racional de la irracionalidad que permita enfrentarla como un peligro que alienta la violencia y los actos más perversos.” [37]

 Hay un momento en el texto de Sebrelli denunciando paradojas del psicoanálisis “La teoría de la resistencia permitía adecuar los resultados de la sesión analítica con los conceptos apriorísticos del psicoanálisis. Si se concluía que el paciente odiaba al padre, esto probaba el complejo de Edipo, pero el caso opuesto también lo probaba: el amor no era entonces sino una forma de ocultar los verdaderos sentimientos, de reprimir el odio. Del mismo modo, la heterosexualidad podía ser una homosexualidad reprimida o viceversa, la negativa era una afirmación encubierta. Todo valía, nada podía ser refutado ni tampoco comprobado.”[38] curiosamente, el autor acomoda la racionalidad del mismo modo en que critica al psicoanálisis,  las democracias racionales que generan desocupación, hambre y miseria son irracionales, Hiroshima y Nagasaki es producto de lo irracional, las invasiones a las naciones de parte del imperialismo es irracional, los golpes de estado y mandatos a asesinar presidentes democráticos de parte de las democracias occidentales y racionales son por efecto de la irracionalidad, en síntesis: toda la violencia y los actos perversos de la humanidad son producto de la irracionalidad, aunque quien los lleve a cabo sea el país más democrático y/o racional.

            Cita a sectores radicalizados en la corriente irracional: “Ciertas ideologías radicalizadas descalifican el concepto de razón universal y autónoma del racionalismo porque lo juzgan colonialista, etnocéntrico y xenofóbico, en tanto tuvo su origen en la sociedad europea. Alegan además que los principios de libertad y derechos humanos ínsitos a ese racionalismo fueron sólo privilegio de las naciones centrales, de la clase burguesa, del género masculino y de la raza blanca, de ese modo la denotan por clasista, racista y sexista.”[39]  Si este argumento es radical, aligerémoslo pero no saquemos los pies del plato. La libertad y los derechos humanos en occidente responden sin duda a intereses económicos en juegos, la discriminación racial aún persiste en los países centrales y periféricos, la libertad sexual lograda en occidente fue producto de la lucha “irracional” de aquellos movimientos y de la oportunidad política de occidente de aceptarlos. La crítica de los radicalizados no es menor y además se puede considerar que la irracionalidad surge ante el agotamiento de la racionalidad como efecto necesario para generar algún salto en el pensamiento.

Comparto que la irracionalidad es un producto de la razón, creo además que los filósofos y pensadores irracionales no intentaron otra cosa que sumar comprensión al fenómeno irracional de la humanidad. Tomado de ese modo, es maniqueo colocar una por sobre la otra porque, en rigor, ambas van de la mano en una dialéctica que se pretenda superadora. Si lo superador es demostrar que una es mejor que la otra no se comprende el esfuerzo del pensador irracional. Sebrelli insiste en polemizar, no quiere sumar. Del mismo modo, no tiene sentido anular la intencionalidad de Sebrelli. Por supuesto que Faucoult no conoce del sufrimiento del psicótico, tampoco conoce del sufrimiento de la víctima del delincuente que ningún marxista aceptaría como una nueva versión de la lucha de clases. Si la irracionalidad es un producto del racionalismo, ¿acaso ese saber no aportó nada? ¿Es viable pensar que solo el título de irracionalidad tira por la borda todo aporte de esta corriente o puede ayudar a la razón crítica a seguir sumando y creciendo?

Los aportes de la irracionalidad: El antihumanismo

 

            A la hora de las ideas el principal némesis de Sebrelli es Levi-Strauss, creador del estructuralismo y pensador fundante de la corriente. “El concepto de culturas, tan caro a la antropología, alentó el criterio de las diferencias y menospreció las similitudes destruyendo así la concepción del género humano como unidad.”[40] Uno de los pilares de la crítica recae en la destitución del yo a favor del “efecto de estructura” y como consecuencia el antihumanismo y la ahistoricidad . “La ponderación de la inconsciencia diluía el cogito cartesiano y, por consiguiente la conciencia, el sujeto, el ego, el yo, el ser para sí, la individualidad, la persona, de acuerdo con la perspectiva epistemológica, ontológica, psicológica, ética o histórica (...) En cambio, encontraba aval teórico en el inconsciente psicoanalítico, origen del lacanismo, un freudismo estructuralizado.  Las estructuras nada tenían que ver con el accionar de los hombres, estos eran formados por las estructuras entendidas como lo único real. Los individuos quedaban, de ese modo, reducidos a apariencias o ´soportes de la estructura´; ni siquiera tenían conciencia de la estructura que los regía, porque se la sobreentendía, como las leyes gramaticales, en el habla.”[41] Remitiendo a Lacan: “El sujeto no sabe lo que dice y por las mejores razones, no sabe lo que es”. “El sujeto está ´descentrado´ porque el centro no sería más que el ilusorio yo, mera ideología, el quiste de lo imaginario´”[42] .

            El modo de cuestionar la descentración del Yo es atacando a Freud  sumando su crítica a quienes lo cuestionaron por defender la familia tradicional, ser sexista y con el horizonte puesto en la burguesía media de su época. Cuestiona la validez de Freud, de Lacan y de los psicoanalistas por ser una ciencia sin capacidad de suministrar una estadística o un resultado que verifique sus hipótesis. Utilizando los argumentos de los pacientes de Freud: Bertha Pappenheimer, el hombre de los lobos, Dora, refuta las conclusiones freudianas animándolas de subjetivas y más acorde a los caprichos del científico que a la realidad de sus resultados.

            Que el psicoanálisis no da estadísticas es un hecho, que ha fracaso en varios de sus intentos terapéuticos también. De cualquier modo, usar las declinaciones de Freud sujeto y de Freud científico con fines aferentes, premeditados queda claro en Sebrelli. Negar los logros implica una construcción tendenciosa, de recortes manipulados a favor de sostener una idea. Freud descubre al síntoma como efecto de un conflicto psíquico. La conciencia superficial sostiene el yo sebrelliano, allí donde no existe otra cosa que explique a la cosa. El Yo promulgado como el gran síntoma social del sujeto aparece en Sebrelli como sinónimo de moretón, de estornudo, de tos. Los descubrimientos freudianos al respecto dan respuesta dentro de un campo no volitivo ni conciente, dentro de un campo tan inexplorado como la medicina hasta el siglo 19. Y a pesar de los fracasos, la técnica permitió muchos éxitos que tampoco figuran en las estadísticas. Negar la lectura freudiana del chiste, del sueño en particular, es bordear la injuria. Hoy, las escuelas de marketing, de publicidad, la propia política de los países racionales utilizan los descubrimientos freudianos en su favor, conceptos como sublimación, inconsciente, represión, transferencia, el propio estadio del espejo lacaniano para la captura de la imagen y otros, son materia de estudios. Puedo coincidir con Sebrelli que esto no construye del psicoanálisis una ciencia (en el sentido positivista del término) pero ello no desvirtúa ni su saber ni su aporte.

            Al efecto funcional del racionalismo en los sistemas democráticos centrales que invaden naciones, matan indiscriminadamente por controlar ciertas zonas estratégicas de petróleo, promueven golpes de estados en naciones no adictas, generan sabotaje de alimentos y medicación para naciones no afines, el hambre, la desnutrición infantil, la desocupación, las nuevas enfermedades masivas, los nuevos descubrimientos de armamentos químicos que denigran la dignidad humana, la explotación de la naturaleza sin planificación, la destrucción de los recursos naturales, la capa de ozono, etcétera, Sebrelli opone que la razón dio con medicamentos, vacunas, medios de transportes, de comunicación, el alfabetismo, etcétera.  No vemos apropiado celebrar los logros sin entender que las consecuencias de los mismos llevan dos direcciones, no es apropiado indicar que los logros son racionales y lo nefasto es irracional, (ahí el maniqueísmo). El sistema racional no es humanista, de la mano de su máxima expresión económica: el capitalismo, es una ofrenda a la destrucción y pocas veces a la construcción. La zancadilla que la racionalidad se da, el nazismo como creación, no ha encontrado explicación en la misma razón y esa isla en medio del torbellino de irracionalidad da lugar a los filósofos y teóricos de la irracionalidad que tratan de dar mayor explicación a lo inexplicable. No a los mares que bordean  la isla sino los propios volcanes que esa isla generó. Para el caso los antihumanistas son más humanistas que los propios embanderados.

Soy el otro

Hoy no hay equipos de fútbol que defiendan los colores de sus camisetas, defienden una marquesina de productos similar a los autos de carreras de las distintas fórmulas. Curiosamente, el hombre de la calle  poco se diferencia del jugador de fútbol o del auto de carrera. Trasunta con su propia vidriera: tres tiritas, un guión, el cocodrilo, el rombito, incluso ya más desmesuradamente, la foto de los Simpson, del Che, de Coca Cola, del mismo equipo de fútbol del que se dice afín, etcétera. El sujeto está escondido en su propio centro comercial que le da identidad. ¿A quien? Al yo que está por debajo del sujeto. Habla a través de su yo, su propia máscara. A Sebrelli lo vi en una oportunidad en el café de la librería Atenéo, un observador común y en su caso, avezado, podría fácilmente visualizar como la gente se reúne en torno a una mesa para hablar con un aparatito llamado celular, dejando al contertulio en la más absoluta insignificancia porque, al tiempo, el otro hace lo mismo. ¿Dónde está el yo? hablando por teléfono con el yo/yo, mientras el sujeto dividido está ahí en presencia. Los comercios de internet muestran la extravagancia del yo que vive comunicado virtualmente, se masturba, llora, se enamora y se casa con el otro especular. El yo del narcisismo tan bien elaborado por Lacan es insufrible para Sebrelli que necesita que ese sujeto yo sea consciente y responsable. En verdad es consciente y responsable de su máscara (persona) y a la vez es inconsciente e irresponsable hasta hacerse consciente de su ello. Le guste o no a Sebrelli, detrás de ese yo adicto hay un sujeto sufriendo por su empobrecimiento, chatura y prescindibilidad. El yo consciente y responsable que va a su trabajo mecánico, repetitivo, aburrido, para producir plusvalía para otro a cambio de un sueldo (que cree que le permitirá ser sí mismo), regresa a su casa para ver televisión o ir al cine o abrir internet o jugar a los jueguitos. Ese yo disfraza al sujeto deseante que reprime, repite, sufre y se enferma. De eso se trataba en la época de Freud, aún burgués y clase media, de eso se trata del sujeto divido de Lacan, ya no solamente burgués ni tan clase media.

            Atacar al psicoanálisis porque dejó de interesarle la cura es no querer comprenderlo ni estudiarlo. La crítica que Sebrelli le hace Freud en razón a sus fracasos terapéuticos no fue dejado de lado por Lacan quien conocedor de ellos comprendió que el psicoanálisis no es una terapia y con ello estatuyó un lugar definitivo y diferenciado del psicoanálisis respecto a las corrientes curativas. El psicoanálisis es un lugar de análisis, por ello se modificó la nominación de paciente terapeuta por analizante/analista. La cura es un efecto secundario del proceso de análisis. ¿Analizar qué? Ese otro del sujeto que lo determina en muchos de sus actos y, ortodoxamente a lo freudiano, el que tome conciencia de ello puede facilitar un mejor desempeño en su vida. Desconocer el esfuerzo freudiano en dar con un elemento simbólico y estructurante del sujeto -lo inconsciente-, por simple desidia o conveniencia no es lo apropiado en la crítica. Bajo ese yo sintomático está la estructura de Levi-Strauss, estructura edípica, estructuras elementales de parentesco. Desconocer cómo la voluntad política no altera las estructuras de poder, cómo éstas siendo económicas determinan acciones y reacciones de las naciones más allá de la voluntad de sus dirigentes, ignorar que ciertas estructuras familiares determinan patologías más allá del individuo, su razón o voluntad no significa negar el saber de la filosofía y sus aportes; por el contrario, es sumar a aquellos un espacio no comprendido por la pretensión de la razón. Marx hizo su crítica al socialismo utópico atacando las razones volitivas del capitalista “bueno”. No es una novedad que ningún sujeto con capital que por su bondad quiera ofrendar al trabajador con el 50% de las ganancias o distribuirlas igualitariamente, quiebre. El sistema capitalista tiene sus propias leyes, estructura, donde el sujeto no puede promover su iniciativa personal salvo con la condición de salir del sistema. Un empresario o se somete o queda fuera. El antihumanismo no es más que la destitución yoica de la primacía de la conciencia a favor del sujeto dividido. Este sujeto dividido es más humano que el yoico, pero obviamente menos poderoso.

La primacía del significante

Lacan juega con el lenguaje como Joyce o Heidegger de quien parece lo aprendió, construyendo una secuencia que si bien puede ser cuestionada por irracional (Lacan es psicoanalista por lo que cuestionar su teoría de irracional suena a falacia) no puede ser cuestionada por ilógica.

            Todo es interpretación, también el texto de Sebrelli lo es. Hace cortes donde le resulta conveniente y con ello logra construir una lectura particular. Con su texto no hace más que dar razones a quienes reivindican esa postura. Sobre Heideggier: “Su megalomanía lo llevaba a la convicción de ser él y no Hitler el conocedor de lo que debía ser el nacionalsocialismo” [43] “Las causas de este brusco giro en el interés por el psicoanálisis han sido entre otras, el surgimiento de una nueva clase media asomada tímidamente a lo moderno, curiosa por las ideas renovadoras, y la aparición simultánea de publicaciones que las divulgaba en forma trivializada. La frivolidad y el esnobismo, característicos de toda clase en ascenso, las impelía afirmar su estatus con el consumo ostensivo que incluía los consumos culturales, entre ellos, la sesión psicoanalítica. En las reuniones sociales era de rigor preguntarse sobre el analista de cada uno, y aquel que no lo tuviera caía en descrédito.”[44] Las reaccionarias teorías sobre la condición femenina de Marie Bonaparte, Marie Langer y Francoise Dolto hacen pensar que una mujer analista o partidaria del psicoanálisis no es sino una contradicción en los términos, algo así como un judío antisemita.”[45]”Para que Lacan se impusiera como figura estelar hicieron falta sus dones histriónicos, la habilidad demagógica para crear su propio culto a la personalidad y un público muy susceptible a esas aptitudes.”[46]  Estas argumentaciones, ¿acaso no son interpretaciones? La puesta arriba del significante como lo postuló Lacan, permitió romper con el pre-sentido de las cosas, con la certeza y bucear hacia un sentido implícito.

            Si una persona se adjudica una verdad construirá una lógica afín a ella, a veces irrefutable, cosa diferente pensada desde el corte, el punto de capitón, almohadillado, retroacción, que genera un sentido distinto al decir manifiesto. He aquí, una vez más, al yo escindido entre lo que quiere decir y lo que efectivamente dice. Sujeto divido, escindido, el yo se hará responsable de su intención (encubridora) o de su deseo descubierto.

            La primacía de lo simbólico en Argentina está ligada al modo en que se introdujo el lacanismo en Argentina, de cualquier modo, el valor del hecho, acontecimiento, azar, nunca se perdió de vista en el discurso lacaniano, lo que sí, daba estatuto de imposible y entonces la necesariedad de imaginar y simbolizar. Tal como Sebrelli lo hace en su libro, su verdad es producto de su modo de interpretación, quiéralo o no, y por ello el relativismo o perpectivismo que pone en cuestión lo actúa.

            La historia se escribe como una historia de significantes y del modo en que se coloca uno al lado de otro hace que sea oficial o no.  El recorte de las actas, documentos, fotos, films, testimonios, etcétera no nos dirá la verdad absoluta sino un saber posible de esa verdad que siempre será reducida al punto de vista (interpretación) de quien la redacte. San Martín entregó su sable a Rosas, ¿eso lo confina al prócer a ser un nacionalista mazorquero? La izquierda ortodoxa defiende a Sarmiento, la izquierda nacionalista a Rosas, la derecha es rosista, la derecha liberal es sarmientista, castellista, alberdista, morenista.  El planeta Tierra era plano y no dejó de ser una verdad que operó en su época, luego fue redondo pero centro del universo, verdad que también provocó sus efectos y operaciones y así en más.

Un filósofo reflexionó: Si una piedra es arrojada al cielo y esta cae a la tierra un hechicero brujo dirá que la Pachamama es quien llama a sus hijos a su seno y Newton dirá que es por la ley de la atracción de los cuerpos. Seguramente ambos tienen razón en su interpretación donde lo único cierto es el hecho, el modo de leerlo deriva en consecuencias diferentes, pero nada indica que la ciencia que generó Newton sea superior a la operatividad que generó el hechicero, simplemente son dos lógicas que derivan razones diferentes. La lógica del significante es aquella que permite comprender que entregar un litro de leche como si el objeto fuese un litro de leche no significa nada o a lo sumo significa el acto dadivoso, filantrópico, asistencial del estado, de la ONG o de cualquier institución benéfica. Si el litro de leche es solamente un litro de leche no debemos sorprendernos que entonces el beneficiado lo canjee por cigarrillos, pero si el litro de leche lleva alguna significación, es decir, si el objeto cobra valor de símbolo, si el litro de leche es nutrición, desarrollo hormonal, protección al menor, etcétera difícilmente sea canjeado por un paquete de cigarrillo porque el valor del objeto cobra un sentido diferente.

Estamos frente al perspectivismo criticado por Sebrelli. Imposible de negar a la luz de la propia razón que aún buscando fundamentos o esencias no deja de pergeñar puntos de vistas. La irracionalidad no construye el perspectivismo, simplemente lo delata, delata la relatividad de lo racional.

La a-historicidad

            El descubrimiento de Levi-Strauss sobre la ahistoricidad señalado en Tristes Trópicos con relación a los indígenas de las selvas del Mato Grosso y el Amazonas, donde postula la existencia de pueblos sin historia, sostenidos por la nostalgia al pasado que se transfiguraba en el mito de los orígenes es criticado por Sebrelli.  Supone al antropólogo forzando el ejemplo para sostener el romántico mito primordial del eterno retorno del siguiente modo: “Un procedimiento tramposo le permitió a Levi-Strauss ocultar que, ya en aquella época, la civilización había entrado en esas tribus. Luiz de Castro Faría, antropólogo brasileño que lo acompañó en la excursión, dejó notas de campo y fotografías con tomas panorámicas donde se veían cables y puestos de telégrafo, latas de conserva, postes, construcciones religiosas. Las fotografías publicadas en Tristes Trópicos, en cambio, soslayan esos detalles inoportunos y se focalizan en los rostros y los cuerpos indígenas, rodeados de algunos objetos etnográficos cuidadosamente seleccionados. La tardía publicación del libro de Castro Faria –2001- puso en evidencia el fraude de Levi-Strauss.”[47]  

            Del modo en que entendí este concepto, tomado de Delleuze en “En que se reconocen los estructuralistas”, este autor indica que el tiempo de la estructura es un tiempo de actualización. La estructura está siempre ahí (potencia) pronto a actualizarse. En vez de generar una dialéctica del proceso, lo que se impone es una repetición. La clínica psicoanalítica, comprobó en el sujeto uno, aún en la diversidad económica, socio cultural, porta una estructura que se detiene en su retorno a lo mismo. Familias enteras reproducen su  accionar de generación en generación, personas que se han pasado repitiendo durante su vida el mismo error, incluso si cambian autos, o incorporan la televisión color y el teléfono celular a sus vidas.

No es una novedad que en civilizaciones llamadas primitivas por occidente se vea la tecnología de punta inserta, pero también es cierto que ciertas civilizaciones son capaces de adoptar las nuevas tecnologías sin modificar los rasgos esenciales de su existencia. La tecnología muestra lo que es el imperialismo (que está del lado de la razón) al imponer sus medios de producción pero no por ello puede imponer su lógica. Marx suponía que junto a la modernización (modificación de los medios de producción) se generaría un cambio en las relaciones sociales entre los sujetos. Occidente siempre creyó que imponiendo un bastión de cultura occidental en lugares “atrasados” lograría imponer la cultura racional y séptica de occidente (véase Israel, al intento con el Sha Reza Pahlevi, como ejemplos). Lo cierto es que el imperialismo logró imponer la técnica, la tecnología pero no su lógica. Que ésta iba de la mano transformadora de la concepción de mundo y de hombre fue un equívoco.

Un problema de lógicas

Pongamos en consideración una calculadora, instrumento que permite obtener resultados matemáticos. El aparato en si es un invento organizado, sistematizado y armado para su función específica. La calculadora no piensa ni inventa, simplemente responde mecánicamente para lo que fue concebida. Un hombre utiliza una calculadora para obtener un resultado; para ello debe aprender a manejar la forma técnica de ese aparato. Esa acción humana se transforma en el último instrumento que falta para completar la máquina. No hay calculadora sin el ejecutante. El ejecutante puede transformar esa acción en humana si con el resultado obtenido realiza algo, pero un alumno que tiene que sumar, restar, obtener raíz cuadrada, etcétera, sólo pretende el número final que la calculadora da para aprobar un examen. El diseño de ese aparato es solo para eso y no otra cosa, ningún ejecutante utilizará una calculadora para escribir una carta, el ejecutante se somete a las reglas del juego de dicho aparato o no tiene utilidad. Así como algunos utilizan la tecnología con un fin diferenciado que puede estar en torno a la investigación científica, así también hay otros que utilizan la tecnología como fin en sí mismo. El conductor de automóviles difícilmente se pregunte qué hace andar a un motor, resulta más simple y rápido aprender a hacer los cambios, apretar los botones y pedales pertinentes y manejar con música, aire acondicionado y velocidad. Del mismo modo existen pueblos que han sabido de la practicidad de la técnica y de la tecnología sin que les importe el cómo de su creación o el para qué de su sentido filosófico. No es novedad que haya pueblos que hayan incorporado el reloj, el teléfono, el automóvil, el avión, la televisión satelital, etcétera sin modificar en absoluto los valores de su vida, sino que han adaptado a su modo de vivir un aparato, una calculadora. Este es un fuerte indicador para afirmar que los “pueblos primitivos” no son pueblos de imbéciles. Estos pueblos con tecnología de punta son pueblos marginados, de periferia, subdesarrollados de tercer o cuarto mundo tienen esa catalogación por no aceptar la cultura del mercado, por no aceptar las leyes racionales del derecho, por no creer en el dios de occidente, etcétera.  Cabría preguntarse entonces sobre otra posibilidad de pensarlos, no al modo de los calificativos racionales tales como: “bárbaros, salvajes, primitivos” sino sobre el modo en que Levi-Strauss presenta a los pueblos sin historia. ¿Es posible que exista un grupo, comunidad, tribu, pueblo capaz de vivir sin el registro de la temporalidad? Para occidente esto es inaceptable. Pero veamos, algunos pueblos que tienen la tecnología de punta en sus lares, realizan la ablación del clítoris en las mujeres, otros tienen un trato diferenciado con respecto a sus niños y mujeres, otros queman pozos de petróleos, otros no pueden concebir el sistema democrático, otros demuelen patrimonios de la cultura mundial por creencias religiosas, otros promueven guerras santas. Movimientos nacionales en Nigeria del pueblo Yoruba peleados entre sí,  Al Qaeda destruyendo las torres gemelas. Hamas enfrentado a Herztbola y ambos con Al Fataj, shiitas contra sumitas, y todos los ejemplos que podemos obtener de las culturas orientales, hinduistas, aborígenes. Ninguna rechazó la tecnología pero todas rechazaron su producción lógica, lo que Sebrelli llama la razón. El que no adhieran a la razón las transforma en civilizaciones irracionales de acuerdo a la razón de occidente, pero no por ello las hace ilógicas. La humanidad se conforma de sus propias estructuras y todas ellas conllevan una lógica, lo loco para la universalidad de occidente es que aquellas no respondan a una y la misma forma de razonar. La ciencia que genera la tecnología de occidente conlleva una lógica determinada en la razón, ¿acaso es la única lógica? La ciencia es un modo de razonar que implica a una filosofía y a una ética afín a occidente.  El desenvolvimiento de la humanidad en el planeta Tierra deja claramente establecido que la unidad ciencia/ tecnología es únicamente occidental.

La ilógica de la racionalidad

            ¿Desde que lugar tomamos el parámetro de lo irracional? El nazismo es irracional y dado que algunos nazis se identificaron con el niezstchismo, luego ¿Nietzsche es irracional? Heidegger se alinea con el nacional socialismo, además es un filósofo influenciado por Nietzsche, si Nieztsche es irracional, luego, ¿Heidegger también lo es?  El mismo Sebrelli indica que Hitler ni debe haber leído a Niezstche y la poca importancia que el nazismo le dio a Heidegger. Lo que le resulta intolerable a Sebrelli es reconocer que el nazismo es un producto lógico de la razón de occidente. La diferencia existente entre el fundamentalismo oriental y el nazismo radica justamente en que el primero está movido por la fe mientras que el segundo por la razón. Dos límites tiene la razón de occidente, el borde con lo irracional y su propia intensidad que a veces lo lleva a la zona oscura. Los límites de la razón son sus extremos en todas las direcciones. El nazismo es un efecto del sistema capitalista tal como acertadamente leyó Trotsky y es un producto racional. El genocidio judío fue racional, pensado, planificado y ejecutado.

            Si el comunismo es la antítesis del capitalismo, ¿acaso la muerte de los 10.000.000 de personas, vía purgas, delaciones; fue irracional? Por el contrario, fue un producto racional del sistema soviético de Stalin quien puso en marcha el aparato represivo para sostenerlo. Del mismo modo los 30.000 desaparecidos en Argentina, los 10.000 en Chile y todos aquellos que participaron de la reorganización capitalista en América Latina respondiendo a una política establecida desde el centro del Imperialismo.

            El comparativo de estos dos sistemas que responden a una misma y única estructura avalaría posiciones de Levi-Strauss. Cuando Marx planteó que sobre las ruinas del viejo sistema se construirá el nuevo nos deja la lamentable certeza de una repetición estructural.

            ¿En qué se diferencia el incipiente capitalismo del actual pos industrial? Invasiones con muertos sin culpas, marginaciones, hambruna, explotación, destrucción del medio ambiente, etcétera. Sebrelli habla de las mejoras logradas gracias a la democracia capitalista: antes la jornada de trabajo era esclavista, hoy gracias a la racionalidad se logró la jornada de 8 horas pero los magros ingresos obligan a doble trabajo, por lo que hoy se trabaja igual que antes 16 horas. ¿Hay salud pública en Argentina? Hoy no está siquiera jerarquizado el médico, solo algunos privados obtienen un ingreso equiparado a lo digno. La famosa copa de champaña que profetizaba Cavallo, jamás derrapó porque el capitalismo es una copa sin fondo.

Ni Hitler, ni Stalin, ni Videla son inocentes, si frente a estos asesinos la posición subjetiva de Strauss, Lacan, Faucoult es apolítica, que vaya a cuenta de ellos su capacidad de compromiso, llegaron hasta donde pudieron. En nuestro libro anterior intentamos dar una solución al sujeto y la estructura demostrando el pacto narcisismo/ poder (otra vez Freud), lo que transformaba al sujeto en inhumano. El verdadero antihumanismo es el capitalismo que labora con supernumerarios a favor de la cosa. A la cosa solo se le puede anteponer una fuerza social como propuso el comunismo pero a condición de cambiar radicalmente la lógica racional de evolución y progreso, cosa a la que no aspiró.

De Ovnis

            Hablemos de ovnis aunque a Sebrelli le parezcan temas excatedra de la filosofía. Cuando el presidente de los EE.UU. Ronald Reagan y otros autores de ciencia ficción profetizaron la unión de la humanidad si el planeta era atacado por seres alienígenos, caían en el error lógico de creer que toda humanidad es pensante racional al modo occidental. Por un lado, si el temor es la invasión, los extra-terrestres (terrestres extraordinarios) ya están en la tierra y somos los seres humanos. Al fin y al cabo lo más antinatural para la especie animal, vegetal, mineral es la raza humana. En nombre de la dignidad del trabajo y de que el trabajo transforma la naturaleza; el hombre está destruyendo el planeta: cambios ecológicos, muerte de miles de especies, modificaciones de costumbres naturales por artificiales, el calentamiento global, la pérdida de la capa de ozono, son nuestra producción que enfrenta, como reacción, las catástrofes de un cuerpo vivo que se defiende. Somos los invasores de la naturaleza de nuestro planeta.

            Aún si fuéramos invadidos por seres de otros planetas como lo pretendía el expresidente, ¿por qué Reagan cree que la raza humana se unirá? Que les puede importar a los pueblos hambreados de África, Asía y la India el cambio de amo que en vez de ser rubio y de ojos claros, será verde y de ojos chillones. La unidad del ser solo existe para la ratio occidental.

            Finalmente Sebrelli se pronuncia a favor de un neo humanismo como negación al antihumanismo del estructuralismo. En verdad la negación al humanismo por parte del estructuralismo es la negación al humanismo positivista.

El logos

            ¿Cómo definir el racionalismo? Ferrater Mora en su Diccionario de Filosofía abreviado [48]nos instruye: “El vocablo racionalismo puede entenderse de tres modos. 1) Como designación de la teoría según la cual la razón equiparada con el pensar o la facultad pensante es superior a la emoción y voluntad; tenemos entonces un racionalismo psicológico. 2) Como nombre de la doctrina para la cual el único órgano adecuado o completo del conocimiento es la razón, de modo que todo conocimiento verdadero, tiene origen racional; se habla en tal caso de racionalismo gnoseológico o epistemológico. 3) Como expresión de la teoría que afirma que la realidad es, en último término, de carácter racional; este es el racionalismo metafísico”. “Durante los siglos 19 y 20 se han producido muchos equívocos en torno a la significación de ‘racionalismo’ por no precisarse suficientemente el sentido del término. Muy común ha sido combatir el racionalismo clásico e intentar integrar la razón con elementos que usualmente se consideran contrapuestos a ella, como la vida, la historia, lo concreto, etc. Es importante hacer constar que en oposición al racionalismo clásico coinciden la mayor parte de las tendencias contemporáneas; por lo tanto, no sólo el irracionalismo, existencialismo y otras tendencias declaradamente opuestas al racionalismo moderno, sino también el empirismo, positivismo, analitismo, etc., que se consideran a sí mismas como fieles a la tradición racionalista. Puede decirse que en la época actual surge un nuevo concepto del racionalismo, lo que vuelve a probar que, tanto sistemática como históricamente, es poco apropiado definir el vocablo ‘racionalismo’ de un modo univoco.”  Veamos ahora como define razón: “1) Se llama razón a cierta facultad atribuida al hombre y por medio de la cual se le ha distinguido de los demás miembros de la serie animal. Esta facultad es definida usualmente como la capacidad de alcanzar conocimiento de lo universal, o de lo universal y necesario, de ascender hasta el reino de las ideas, ya sea como esencias, ya como valores, o ambos. En la definición: El hombre es un animal racional el ser racional es estimado como la diferencia específica. 2) Se entiende la razón como equivalente al fundamento; la razón explica entonces por qué algo es como es y no de otro modo 3) Razón se define a veces como un decir. Con frecuencia se supone que este decir (logos) se funda en un modo de ser racional.” Siguiendo a Ortega y Gasset concluye: “La razón no es heterogénea a la vida, ni tampoco idéntica a ella: es un órgano de la vida que puede convertirse en el órgano de toda comprensión. Las repetidas lamentaciones acerca del fracaso de la razón pueden entonces ser justificables sólo en tanto que fracaso de un determinado concepto de razón.” El término razón se funda en la palabra logos que entre sus acepciones quiere decir lógica: “Por un lado (Aristóteles) la concibió como introducción a toda investigación científica, filosófica o perteneciente al lenguaje ordinario; por eso la lógica no es una parte de la filosofía sino a lo sumo el pórtico de entrada a la filosofía. Por otro lado la lógica aparece como el análisis de los principio según se halla articulada la realidad; en algunos casos la lógica de Aristóteles parece seguir el trazado de una ontología. “Más adelante enumera las distintas lógicas existentes: “La lógica empírica, la lógica metodológica, la lógica gnoseológica, la lógica metafísica, la lógica fenomenológica, la lógica nueva o logística.”

Como se observa ni el racionalismo ni la razón ni la lógica responden a un mismo y único parámetro. Hay varias maneras de pensar cualquiera de estos términos y se trata aquí de ubicar el punto de encuentro entre ellos. Una lógica fundada en la fe no es igual a la razón medieval que trató de acompasar ambos criterios y del que luego pudieron divorciarse. Una lógica fundada en la fe genera un modo de racionalidad no racional para occidente. El esfuerzo por encontrar universales no es privilegio de occidente, pero los universales hallados no son los mismos para las distintas lógicas que generan al final paradojas: “Etimológicamente significa contrario a la opinión, eso es, contrario a la opinión recibida y común. A veces se usa paradoja como antinomia. Existen a- las paradojas lógicas, 1) paradojas de clases 2) paradojas de las propiedades, 3) paradojas de las relaciones y b- las paradojas semánticas. En estas últimas encontramos la famosa paradoja “miento” resuelta por los lingüistas en la separación que existe entre el sujeto del enunciado y el de la enunciación. Los malos entendidos entre las naciones pueden considerarse como una paradoja todas las naciones del mundo se comunican racionalmente siendo lo racional el modo lógico que cada una aplica para entender esa razón, de modo tal, que lo comunicado es malentendido por otra, dado que el modo de recepción del mensaje vuelve convertido por su propia lógica.

La lógica fideista determinó al final que dios es Uno, esto es universal, sin embargo ese Uno no es el mismo para todos. Por lo tanto las grandes religiones de la humanidad son monoteístas a condición de tolerar el politeísmo que las aúna. En conclusión; la razón de occidente es el modo final de la lógica pórtico de la filosofía, pero las lógicas de la humanidad no concluyen en la razón occidental.

Tampoco se trata de tolerar la diferencia, se trata de una vez por todas de aceptar la diferencia como valor universal. Tal vez la lógica del significante que postula Lacan sea un pórtico para la comprensión de lo particular diferenciado que es lo que nos permite acercarnos al otro, no desde nuestra tolerancia (la cara enmascarada de racismo) sino desde nuestra re-signación (resignificación) del universal que es finalmente la propia diferencia.

Grondona termina su clase indicando que occidente ganó. Esa sentencia no es más que una tautología. Su frase debería redactarse como: occidente gano de sí, para sí y contra sí imponiendo la razón sobre la propia razón. De otro modo, ¿cómo explicar que occidente impulso la imposición de la razón a la fuerza? Todavía hoy, guerras mediantes, se cree que impartir tecnología implica colegir racionalidad. El mundo muestra claramente que occidente es minoría y que no impone nada, avanza sobre sí misma dando muestra de su diferencia, mientras otros pueblos, otros mundos avanzan sobre la fe, la espiritualidad, y valores que occidente también toma a su modo, (los incluye en el mercado), meditación trascendental, yoga, hinduismo, etcétera, pero que al igual que aquellos con la tecnología, nosotros lo incorporamos como técnicas o modos para vivir mejor bajo la égida de la razón de occidente.

La negación dentro de la negación 

            Hegel creyó obtener la última negación que le permitió construir los universales de sujeto, de estado, y colocó a dios como ex_ sistente pero activo en cuanto a seguir como sostén de la ética y moral de ese hombre logrado, Marx denunció que los opuestos no habían acabado, faltaba todavía aquel que el propio sistema capitalista promovía por lo que ni el hombre ideal de Hegel, ni su estado, ni su manera de definir el fin de la historia anulaban la continuidad del pensamiento. Marx sostuvo la dialéctica hegeliana en su método y como se enseña invirtió la lógica hegeliana idealista en materialista. El método de análisis marxista tiene sus bemoles, pero sin duda sigue vigente. La pregunta necesaria aquí es por la falta de dialéctica y de materialismo de ciertos marxistas empeñados en seguir leyendo el siglo 21 como lo leyó su creador en el 19. Demasiado stanilismo o dogmatismo para el pensamiento.

            Marx dedujo que la nueva negación al sistema creciente era el proletariado, la historia se encargó de desmentir en parte tal afirmación. Los determinismos del marxismo se cristalizan y se rompen frente a la nueva situación social. El obrero confirmó en su andamiaje histórico su deseo de pertenecer a la burguesía más que modificar un sistema para el nuevo hombre idealista denominado “comunista”. Desde el marxismo no podemos decir que falló la realidad sino que algo en el aspecto teórico no dio con el proceso que advenía. La contradicción proletariado-capital no fue absoluto y solamente coyuntural y parte de lo que ocurrió. Se puede seguir el método marxista para tratar de observar las contradicciones y desde éste repensar los medios de producción que son el eje de la distribución de los opuestos. El crecimiento de los medios de producción dieron prevalencia a los nuevos medios de comunicación, estos en un momento fueron de utilidad para detener el proceso de los opuestos generando un cultura del deseo burgués, incluso en aquellos que “deberían” rechazar dicho deseo. Pero con el crecimiento de la tecnología, el desarrollo de la informática, de la robótica, de la genética modificó sustancialmente el escenario de los contrarios, haciendo que los medios de comunicación ya no sólo estuvieran al servicio del freno del proceso mecanicista y se pusieran al servicio del embrague de las nuevas contradicciones. El sector burocrático de servicio se amplió, la mano de obra de la época de Marx se sustituye por mano especializada y por computadora y robótica haciendo cada vez más elevado el número de desocupados y  la cercanía de un nuevo problema (contradicción) el tiempo ocioso improductivo del hombre. La genética innova la vida de manera asombrosa dejando al hombre y la mujer en lugares diferentes y novedosos frente a los conocidos. El reconocimiento de la diferencia obtura la contradicción como proceso evolutivo y por el contrario lo consume, se trata de incluir contrarios no de establecer luchas entre ellos.

            El sistema rearma su construcción y se reproduce no hacia el comunismo y mucho menos a la lucha de clases, pero sin duda mantiene la dialéctica del proceso hacia nuevos lugares y espacios aún no conocidos. Dentro de estos movimientos donde el capitalismo ha sabido zanjar sus fisuras provocando otras nuevas ha tenido como virtud absorber las contradicciones en su favor y hacerlas funcionales al sistema. Mucho le costó a la burguesía entender al sindicato que en su origen anarquista parecía el arma ideal del proletariado para disolver al sistema. Sin embargo, y luego de casi 100 años de lucha, es el mismo sistema el que entiende la razón de su funcionalidad. El sindicato o los gremios fueron el modo más económico de detener la contradicción de clases. Obligados a una representación colectiva cada vez más grande, puesto que ello le daba mayor poder para enfrentar al poder, surgió del mismo una contradicción propia y no observada desde el marxismo. Lo que se supo llamar burocracia no fue sino la reproducción dentro de una organización gremial del mismo sistema que supuestamente se debía combatir. El dirigente gremial no sólo se transformó en un representante del desposeído o explotado sino que además comenzó a generar dentro de su organización recursos sociales tales como camping, servicios médicos, construcción de viviendas, etcétera que lo transformó en un burócrata funcionario. Con la salvedad de los gremios pequeños, llamados aún combatientes, los gremios grandes construyeron una burocracia donde este buró paso a tener empleados a su cargo, donde llegó a tener la necesidad de despedirlos por razones laborales o presupuestarias, y donde para cumplir con sus obligaciones como representante tuvo que empezar a utilizar medios de vida que asemejaban a su enemigo: compra de autos, viajes en avión, viajes al extranjero, etcétera. La época romántica de los anarquistas quedó eliminada. Los trabajadores dejaron de ir al gremio para hacer el diario, el café, la reunión y se dejó en manos de sus representantes esas tareas. El burócrata pasó a ser un empresario de trabajadores que se junta con los patrones y negociaba el status quo. “Si no querés huelga pasa el 20”, este veinte se negocia, la clase obrera sigue explotada, el burócrata mantiene sus recursos propios de la organización y todo sigue igual. 

            Lo que destaco de este análisis es que la dialéctica marxista debe ser cuestionada en su lectura hegeliana y mecanisista. Marx también creyó que el fin de la historia advenía, que el nuevo hombre advenía y que el estado ideal se transformaría en el estado sin estado. Su lectura fue hegeliana y humanista. Lo que no menoscaba su método como análisis pero necesariamente implica su revisión. Los opuestos no son únicos, los opuestos generan sus propios opuestos, y en esto la construcción rizomática de la sociedad debe ser revisada. La negación a un sistema conforma a su vez nueva negaciones, lo paradójico o no mecanisista es que a veces la nueva negación es la confirmación de la primera. Además no hay determinismos posibles en esas negaciones de la propia negación. Marx creyó concebir negaciones promovidas por fuerzas sociales, lo que se observa hoy en día es que una fuerza social cnlleva negación de la negación dentro de la misma.

Trabajo Social

            Llegado a este punto cabe preguntarse la utilidad de lo expuesto para el trabajo social.  La complejidad vista como conjunto de elementos afines referentes y aferentes que juegan en la cosa hace imposible su abordaje si no se construye una posibilidad teórica de lectura. Se hace teconología o ingeniería sobre la cosa promoviendo una contradicción o negación dentro de la negación que el trabajo social intenta combatir. Ubicarse dentro de este aspecto técnico es seguir siendo funcional al objeto que se cuestiona paradójicamente alimentandolo más. La complejidad puede ser interpretada como el dibujo o elefecto de las lógicas paralelas. Propongo como hipótesis que la realidad aparece compelja allí donde los meanismos que la ordenan generan contrarios dentro del contrario no en búsqueda de “síntesis superadoras o paradisíacas” sino abriendo rizomas permanente sin predetermianción ni fin previamente establecido. Que la construcción de los contrarios dentro de los contrarios son lógicos, pero de una lógico no afín a la lógica predeterminada, por lo que construye respecto al desarrollo lógico original una paradoja. El modo de desciframiento de la paradoja, hasta hoy, podría ser auiliana por la lógica del significante.  

Las diferencias de lógicas llevan a las naciones a acuerdos que terminan siempre “interpretados” por las lógicas originarias. En verdad los encuentros entre naciones -traductores mediantes-,  no garantizan más que entendimientos paradójicos. Más aún,  ¿occidente no hace lo propios con sus entenderes, incluso si utilizan la misma lógica? Entre instituciones, ¿no hacen lo mismo con sus modos de acuerdo? Finalmente, la gente común,  ¿acaso no aplican la lógica de occidente atravezada por la subjetividad?  Dicho de otro modo, el encuentro con el otro es un encuentro con su propia lógica subjetivizada y vemos en la lógica del significante la posibilidad de recrear un posible comprender, aún paradójico.

            El trabajo social debe apoyarse en la diferencia, en la paradoja como modo lógico de comunicación. Estudiar la lógica del significante puede ayudar a descifrarlas. El lazo social no es un relativismo, tiene genéricos propios de la cultura occidental que permiten evaluar el uno a uno. Puede diagnosticar saliendo del relativismo acomodaticio que denomina “situación actual” por un modo teórico que dé comprensión y lugar al colega y a otras ciencias. Saul Karsz lo escribe con más claridad: “Sostener la emergencia del sujeto, proteger el espacio de lo singular, no excluye la existencia de series, de séquitos, de conjuntos: ¡de lo contrario, cada nueva situación sería tan ra5dicalmente inédita como literalmente incomprensible! La serie abre la posibilidad de forjar conceptos, definiciones, los cuales poseen por fuerza un alcance general.”[49] La irracionalidad como modo de ensayo “de la lógica de la sin razón”, permiten al profesional salir de su ceñido cinturón connotado de moralina más que de cientificidad. 


[1] Las citas que vendrán a continuación pertenecen al libro del J.J. Sebrelli: “El olvido de la razón”. Editorial Sudamericana. Bs.As. 2006.

[2] Página 10

[3] Pág. 238

[4] Pag.21

[5] pág. 35

[6] Pág. 51

[7] Pág. 89

[8] Pág.93

[9] Pag.132

[10] Pág,149

[11] Pág.170

[12] Pág.165 y 171

[13] Pág.221

[14] Pág.242

[15] Pág. 246

[16] Pag.250

[17] Pág.255

[18] Pag.262.

[19] Pag.200

[20] Pág.305

[21] Pág. 25.

[22] Pag.27

[23] Pág. 29.

[24] Pág. 56 y 57

[25] Pag.62

[26] Pag.90

[27] Pag.121

[28] Pág. 106.

[29] Pág. 169

[30] Pag.183

[31] Pag.221

[32] Pág. 224 y sgtes.

[33] Pag.211 y subsiguientes.

[34] Pag.258

[35] Pag.323

[36] Pag.324

[37] Pag.325.

[38] Pág. 160

[39] Pág. 326

[40] Pag.212

[41] Pag.215

[42] Pag.272

[43] Pág. 103

[44] Pag.142

[45] Pag.177

[46] Pag.269

[47] Pág. 209.

[48] Ferrater Mora, J.: “Diccionario de Filosofía Abreviado, Sudamericana, Bs. As. 1.977

[49] Karsz, S.: “Problematizar el trabajo social. Definición, figuras, clinica. Gedisa ed.  España. 2007. Pág.159

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